martes, 18 de abril de 2017

Camino hacia la Pascua

Camino hacia la Pascua 
camino hacia el Reino 
en compañía de María 

“En María, la primera seguidora de Jesús, reconocemos que Dios ha hecho y sigue haciendo cosas grandes con nuestra pequeñez. La entrega apasionada a la tarea del Reino es fruto de ese encuentro personal que plenifica. Junto a Ella, queremos vivir nuestra fe inspirados por el dinamismo apostólico de Juana de Lestonnac y manifestarlo en las diferentes dimensiones de la vida”. 


Palabra de Dios 

“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos. Porque la Vida se hizo visible, y nosotros la vimos y somos testigos, y les anunciamos la Vida eterna, que existía junto al Padre y que se nos ha manifestado. Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos también a ustedes, para que vivan en comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa.” (1Jn 1,1-4) 

La pasión de Jesús… Pasión, algo más que una palabra Nosotros hemos visto, nuestros ojos se han abierto para percibirlo, nuestras manos lo han tocado y hemos podido oír con nuestros oídos de carne el misterio de su cercanía.
 Esta noticia, que se ha revelado en la intimidad, se abre a otros corazones que la desean. 
Y se hace gozo de comunión y de experiencia compartida. Cae la atadura del temor, y surge una libertad despojada que vive en el deseo y se recrea una y otra vez en él. Conocer el don es desearlo, es abrir el oído del corazón y dejar que sus sonidos alegren el silencio y ahuyenten las sombras de nuestra vida. 
Conocer el don es saber de su ternura, dejarse suavemente en sus manos, ofrecido a sus caricias, llamado a un desvelamiento progresivo de su persona hasta una intimidad que ya es franca ocupación de nuestro ser. 
Nuestro corazón quiere vivir en el Amor. Y la pasión, como seducción del corazón es un entrenamiento del deseo. 
Jesús es el mejor entrenador del deseo que nos libera del amor egoísta y nos abre a la aventura de dejarnos llevar por él por los caminos del Reino. 

Xavier Quinzá, SJ, “Pasión por Jesús y por el Reino” (fragmentos), en “Valores y virtudes”, ODN 

¡Feliz Pascua!