Experiencia de Aprendizaje-Servicio
con alumnos de 3er año.
Ciudad
de Baradero, provincia de Buenos Aires. Miércoles 7.45 hs. Como cada día van
llegando al puerto, caminando, en motocicleta o compartiendo un auto. Son los
profesores, la secretaria, las cocineras, la directora y algún alumno.
La
lancha colectiva interisleña parte río abajo y comienza su recorrido de 90
minutos deteniéndose en cada muelle donde espera un alumno, acompañado de su
familia que lo despide antes de subir e incorporarse al grupo que avanza por el
río Paraná de las Palmas.
Y así, hasta
el Paraje Vuelta de los Patos, a la altura del km 145 del río, donde luego de
conversar sobre la tarea, algún cumpleaños, algún alumno ausente -ya que no
estaba en su muelle-, … la lancha llega a su destino diario: la escuela de isla
Primaria y Secundaria N° 7.
Un miércoles esta rutina se alteró, ya que
también subieron a la lancha para compartir toda la jornada un grupo de alumnos
de 3er año de nuestro colegio.
La propuesta de este proyecto de aprendizaje/servicio
invitaba a:
- Descubrir la
importancia de la educación y el compromiso como valores centrales en el
desarrollo de las personas en la sociedad.
- Compartir una
experiencia de intercambio a través del conocimiento y las vivencias
personales con niños y jóvenes que viven y estudian en un ámbito completamente
diferente al urbano.
- A partir del
intercambio, conocer sobre el uso y las posibilidades de las energías
alternativas y formas concretas de desarrollarlas especialmente en lugares de
recursos limitados.
Para poder
concretar la experiencia, realizamos un proceso de preparación: conformación
del grupo, asumir roles y responsabilidades, conocimiento del lugar y sus
características, preparación de un evento para juntar fondos, contactarnos con
un colegio del centro de Baradero que nos alojó la noche previa al intercambio
con la escuela de isla, etc… Todo esto nos ayudó a vivir una experiencia muy
enriquecedora: nos encontramos con alumnos y educadores, iguales a nosotros,
que viven en una realidad muy distinta, nos compartieron “su casa”, aprendimos
mucho, afianzamos vínculos, nos ayudaron a “abrir un poco más los ojos” atentos a
lo que también sucede muy cerca nuestro, a valorar lo que tenemos, …
Gracias a ambas
escuelas: San José del centro de Baradero y la de isla, a sus docentes y
alumnos que nos permitieron vivir esta maravillosa experiencia.